Evolución en el cambio, no en el lamento


Lamento y Decepción
El verdadero arrepentimiento no es un lamento que surge de la retractación de una acción realizada, sino el entendimiento de dicha acción; su verdadera penitencia es el cambio. Todo cambio se sufre, y en el cambio hay evolución.

Para nosotros, este conocimiento nunca ha sido viable desde la perspectiva del cadáver ambulante (el efecto, el dormido). Ésta somnolienta perspectiva está a la altura superficial de las personalidades activadas por la instigación de diversas situaciones. Desde tal estado, nos lamentamos por los errores, pues sentimos el descontrol que hubo al haberlos cometido. Esta perspectiva pesimista reduce la producción de serotonina, desbalanceando nuestro ciclo emocional, y por tanto, creando a nivel mental el sentimiento de frustración (doble barrera).

El no poder despertar de ésta perspectiva, lleva a la irresoluta repetición de las situaciones para que las personalidades de emergencia se activen (como respuesta de acción y mecanismo de defensa), fortaleciendo una neuroplasticidad correspondiente.


Esto puede ser concebido desde otra perspectiva, la cual es: que la repetición de estos actos y eventos son una prueba (un obstáculo a disolver). Una prueba para nuestra consciencia y su capacidad de albergar su atención en el presente no se habla en si de ésta como el objetivo real de la naturaleza, sino sugiere una perspectiva subjetiva que ayuda a la mente a digerir el evento acaecido. Estas pruebas son las que le enseñan al despierto a generar la energía libre, para incrementar la vibración de su consciencia; tales pruebas también las portan los átomos para la evolución de sus posibilidades de ser. Estas posibilidades buscan el estado de perfección a través de la realimentación con el fin de prosperidad (teleología). Dicha prosperidad emana a la consciencia en forma de percepción hasta llegar al punto intelectual, por medio de la estructura colectiva y sinérgica de los átomos. La reconexión de la existencia evolucionada con  la percepción evolucionada puede ser el objetivo físico-mental universal.

De esta manera entendemos, que el lamento y la represión son la falla de la prueba, pues no consigue el cambio, sino la retención y el estancamiento del mismo pensamiento y sentimiento (ciclo emocional). Esta retención obliga a la prueba a repetirse cuantas veces sean necesarias 
con la misma razón subjetiva de encontrar resolución. Con el paso del tiempo, el ego de la persona siempre buscará su supervivencia, y desde el sistema límbico alterará la razón lógica, para que su autoestima no se deprima por la frustración y pueda vivir con tal repetición ilógica, haciéndole creer al individuo que tal actitud no es un efecto de su somnolienta actitud, sino que tal comportamiento es quien es (triple barrera el auto-engaño y olvido del origen del mal).

El cambio será posible a través de la aceptación de una nueva perspectiva, donde el mal, no es en realidad algo inaceptable ni de que apenarse, asustarse, o frustrarse, sino que es la característica con la cual permite al cosmos encontrar los diferentes caminos que lleven hacia la evolución y reconexión de sí mismo. El sufrimiento que hay en su proceso, es el entrenamiento que la mente requiere para poder llegar al estado opuesto de la situación indeseable; el objetivo físico-mental universal. Que, naturalmente cuando hay un cambio en la percepción, ésta está intrínsecamente ligada a la producción electroquímica, por lo tanto el cambio de perspectiva involucra un cambio en el genoma (epigenética).

"La única constante, es el cambio"
-Héraclito de Éfeso-


Anda con el flujo del padre-madre (cosmos).


"No es la más fuerte ni la más inteligente de las especies la que sobrevive, sino el que se adapta mejor al cambio"
-Charles Darwin-


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-The Void-

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